Ahora, ¿dónde meto un escritorio en el cuarto de mi hijo?

No sólo tenemos que luchar contra pilas de juguetes, también nos toca ahora enfrentar el logro de meter un escritorio en el cuarto de cada hijo. A ver empecemos:

El primer reto, establecer los espacios y sus usos: No podemos olvidar que este cuarto tiene un doble uso: estudio y el descanso. Al realizar las dos actividades en el mismo lugar, una manera simple de cambiar esto es delimitar una zona de descanso, otra de estudio y finalmente, una de juego. De esta forma cada rincón tiene una finalidad e identificamos perfectamente que hacemos en cada uno de ellos.

La esquina de estudio: Lo primero que consideraremos es tener una ventana cerca. El protagonista de este sector es sin dudas el escritorio y necesitamos una adecuada iluminación natural ya que nos ayudará a concentrarnos mejor y evitar que los ojos se irriten fácilmente.

Sin embargo, la luz no debe ser directa. No queremos que se lastimes la vista, por lo que no te recomendamos colocar el escritorio debajo de la venta, a menos que cuentes con una persiana o cortina que te permita regular la luz. Pero lo que siempre debemos evitar es colocar el escritorio de espaldas a la ventana. Esto puede proyectar sombra o luz reflejada en las pantallas, provocando que se esfuerce más la vista. Si bien un escritorio frente a la ventana luce muy bien, lo ideal es colocar el escritorio a un costado de la ventana. Si para escribir tu hijo es diestro te aconsejamos que lo coloques del lado izquierdo de la ventana, así evitarás las sombras al momento de escribir. Y si es zurdo, su lado perfecto es el de derecha.

 Ahora que ya encontraste el espacio perfecto para el escritorio, considera colocar una librera justo al lado. Esto evitará las pilas de libros y cuadernos en el suelo y hará más libre el paso. 

La cama puede quedar a un lado, suficientemente libre y alejada para no “llamar a la siesta” en medio de la jornada. Coloca la television, video juegos y demás tentaciones lejos del escritorio, en el área delimitada para el juego. Hacer tareas sobre la cama o en el suelo puede ser divertido pero no es lo ideal cuando hablamos de una semana escolar completa. Permite estos gustos en la tardes, cuando ya la rutina haya terminado.

Tener un escritorio en el cuarto ayudará a la privacidad, concentración y a tener un propio espacio. Pero no te olvides de supervisar periodicamente los nuevos lugares de trabajo de los niños, puede que en tu ausencia, se les olvide un poco estudiar.

¡Mucha suerte en la nueva forma de vida que nos toca a todos!

 

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